De lo local a lo global
Samuel F. Velarde*
Introducción
Los cambios vertiginosos que nos impone el nuevo mundo llamado global a pesar que todavía existen proteccionismos culturales y económicos, nos obliga a reflexionar sobre la inter-conexión entre las actitudes y acciones sociales de nuestros entornos locales y sus repercusiones o ligas, con nuestro entorno global.
En las democracias modernas (presumiendo que la mexicana lo sea) la ciudadanía va adquiriendo una mayor presencia en la conformación de lo social, con la participación activa del individuo, su “ser individual” lo va transformando en un “ser social”, donde sus metas personales, se entretejen con las metas sociales. Esto supone la mejoría de la sociedad y el enriquecimiento de los individuos, pues su raciocinio lo invierten en la construcción de un deber ser social en relación con lo urbano, político, ambiental y lo económico; es decir los individuos adquieren el estatus de ciudadano participativo, edifican juntos, la posibilidad de una mejor gobernabilidad, a través de desarrollar eficientemente las distintas esferas sociales donde se mueven.
Tanto la educación cívica como la científica, son los ejes fundamentales de este nuevo perfil del ciudadano y de un futuro ciudadano-local-global. Como principios pedagógicos que dan forma interna a capacidades humanas y prácticas sociales particulares, la alfabetización cívica y la participación ciudadana, hallan expresión como formas de facultad moral y responsabilidad política orientadas a conformar las practicas e instituciones de la sociedad en torno a un concepto democrático de la vida colectiva (Giroux,59.1993)
Por supuesto que la acción del Estado es importante para lograr un nivel educativo-participativo de los ciudadanos. Los gobernantes, deben entender que la democracia, parte fundamentalmente de la ciudadanía y que los proyectos de políticas públicas, necesitan dirigirse principalmente al beneficio de la sociedad. En esta mancuerna cívico-política, se sustenta un accionar de la gobernabilidad democrática, una concientización de la necesidad de un buen equilibrio de poderes y de la vigilancia constante, por parte de una sociedad-ciudadana-participativa.
El problema de principio, es precisamente como iniciar para constituir una sociedad-ciudadana-participativa con las características anteriormente señaladas. Cómo elevar el nivel participativo y ético de los individuos en su accionar-social, cómo traslapar esa responsabilidad local a un contexto más global y específico. En otras palabras como sustentar una aldea global donde cohabiten tolerantemente diferencias y otredades. Pensar en términos globales es un ejercicio excelente para entendernos mejor a nosotros mismos y la sociedad en que vivimos. (Macionis y Plummer, 9)
Bien, comencemos por la ética, si la ética no pasa a formar parte de una cultura-social, que sea la guía científica-ciudadana de comprender entre elegir el bien del mal, y a pesar de que este raciocinio humano ya tiene miles de años con nosotros, pero si no volvemos a esta premisa, el individuo-social, no entenderá la necesidad humanista de buscar y encontrar el bien como un capital de desarrollo humano. Si no razonamos sobre el cuidado del agua por ejemplo, o del medio ambiente a través del reciclado de la basura o si no entendemos que la tala de árboles provoca un calentamiento de la tierra con efectos colaterales, o si no cambiamos nuestra forma violenta de ser, la praxis de la ética humana, estaría trastocándose fuertemente y poniéndonos en las condiciones mas escalofriantes, del que el hombre tenga memoria.
Entonces profundizar en una educación participativa, es una tarea colectiva, social, grupal, institucional, empresarial, espiritual, donde cada quién en su respectivo espacio, coadyuve en la formación de la sociedad-ciudadanía-participativa. Parafraseando a Habermas, se de una “acción comunicativa” para consolidar una sociedad conciente de su significado social.
Entonces en el conocimiento de nuestro entorno social inmediato, asumiendo que en éste entorno caben las posibilidades de entender las diferentes esferas de acción ciudadana. Ya estamos listos para ir más allá de nuestras propias fronteras no solamente físicas, sino mentales, de visión global de las cosas, más allá de nuestros paradigmas localistas o coterráneos. Así pues bajo los anteriores mecanismos de corresponsabilidad mutuas, la gobernabilidad local puede llevarse a cabo en condiciones reales de negociación para bien social, aceptando también las libertades de la individualidad. Suponiendo una estabilidad y un juego democrático cimentado.
Pasar a la gobernabilidad global es un poco más complicado, es primero aceptar los grandes abismos que hacen difícil la homologación de las soluciones y de los problemas globales, sencillamente porque los regimenes políticos- hegemónicos de los países al menos occidentales, tienen diferencias de fondo y de forma en su concepción democrática. Luego cada sociedad lucha contra sus propias problemáticas y se enfrasca en sus posibles soluciones. Pero lo que si es real, es que existen problemas compartidos, los cuales deben tratarse más allá de una gobernabilidad global, sino también asumiendo un proceso de gobernanza. Asumiendo la este concepto como la posibilidad de que grupos sociales u organismos civiles, fuera de la esfera del Estado, puedan negociar sin restricciones problemáticas compartidas, como seria el caso de las migraciones, calentamiento global, escasez de agua, violencia de género, deforestación, adicciones, derechos humanos, en fin, fenómenos que puedan ser solucionados sin la intervención de instancias estatales, sino a través de grupos organizados de la sociedad.
En esta perspectiva, podemos asomarnos al menos en una escala pequeña, a la posibilidad sustancial de una gobernabilidad global. Donde entre varios actores políticos, sociales, culturales internacionales, vigilen la aplicación de la gobernabilidad en ciertas regiones del mundo. Sin que esto signifique intervencionismo, ingerencia, o despreciar la soberanía de los Estados, sino más bien evitar posibles daños colaterales de algún problema detonador de conflictos. Finalmente lo que se buscaría sin entrar a postulados de un gobierno mundial, sería el conservar dignamente a la especie humana. El sistema humano se forma como una realidad de tres fases: el individuo, la sociedad y la especie. Tiene un origen múltiple en la cadena de la vida, en la actividad social y política y en la efervescencia psicológica y espiritual. (Gutiérrez, 649).
Conclusiones
Hacer nuestro al mundo con responsabilidad, nos llevará tiempo, tal vez aprendamos cuando algún percance natural o cataclísmico nos de un buen susto. Las guerras por desgracia ya no atemorizan al ser humano, de hecho las ha provocado para ganar territorios, economías y poder. Pero deseamos que esa escatología natural, no sea la forma de entender que el mundo es nuestra gran casa. Más allá de ideologías, poderes económicos, religiones y fuerzas militares, hay que reconocer que la gobernabilidad basada en la estabilidad y democracia, es un buen trampolín que puede ayudarnos a extender la comunicación humanista hacia el resto del mundo. Un pedazo de democracia y de participación ciudadana, de respeto a los derechos humanos y de justicia que se genere a diario en esta aldea global, hará una reacción en cadena hacia territorios que luchan por ello. Aceptando también que las diferencias continuarán, pero donde la mesura, como dicen los expertos en relaciones internacionales, sea la que guarde la compostura en un mundo global repleto de conflictos e incertidumbre.
Finalmente, el ciudadano-local-global, será el proyecto de un sistema donde los individuos cuenten como tal, donde su ethos humanista, posibilite re-dimensionarlo a otras latitudes, ¿utopías, sueños?, puede ser, pero un ciudadano así, deberá ser alguien libre, donde su mente y buenas intenciones localistas, vayan y confluyan con los otros ciudadanos de lejos. Solo así, una buena gobernabilidad mundial que busque el pleno desarrollo humano será posible y se evitará lo que muchos han predestinado en términos casi nostradamusistas. En las ciencias sociales, por aquí iría un buen rumbo de análisis para el resto del siglo XXI.
Samuel F. Velarde
Sociólogo. Profesor de Sociología en la Maestría en Salud Pública de la UACJ y en el Instituto Tecnológico de Ciudad Juárez.
Bibliografía
Gutiérrez, Gómez Alfredo, “Edgar Morin y las posibilidades del pensamiento complejo”, pp. 643-659. Metapolítica vol.2, 1998. México
Giroux, Henry A. (1993) La escuela y la lucha por la ciudadanía, Siglo XXI, Editores, México
Habermas, Jurgen, (1999) Teoría de la acción comunicativa, Ed. Taurus, Madrid
Macionis, John y Ken Plumier, (1999), Sociología, Prentice Hall, México
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Publicado por José Roberto Hernández Fuentes y Samuel F. Velarde para OBSERVATORIO SOCIOLOGICO el 1/04/2009 05:36:00 PM
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Esta plaza pública es el espacio de reunión para proponer,analizar,debatir y dirimir dialècticamente nuestro proyecto como comunidad que habita en Cd. Nueva Rosita Coahuila, México, Aridoamérica. Es nuestra área de vida,dentro del planeta azul denominado madre Tierra, ubicado en la Viá Lactea del Universo. Manuel
martes, 6 de enero de 2009
OBSERVATORIO SOCIOLÓGICO
Sobre el análisis instancial para el conocimiento de lo social.
Samuel F. Velarde
La importancia del concepto instancia (entendido como una serie de actos-cognitivos-analíticos que devienen del constante accionar del ser humano), ha servido para acotar los espacios del conocimiento de lo social.
En el comienzo del conocimiento científico sobre el desarrollo histórico del individuo, Marx hace énfasis en lo económico, pero también los mercantilistas (Ricardo, Smith), como si la sociedad únicamente tuviera en su interrelación social, o en su entretejido social, lo económico. También otros autores se centran en lo político como tema casi exclusivo del accionar humano. Maquiavelo pudiera ser uno de ellos.
Weber sin embargo trata de establecer otras instancias que se correlacionan ipso facto, para él si bien lo económico es fundamental en el entendimiento de lo social, existen otros renglones sociales de ser tomados en consideración como lo es el político, el científico y el cultural. Creo Weber hace una relación (más allá de Marx) de la interconexión de las instancias en la estructura social, que le permite dar una explicación más racional, sobre todo, de un capitalismo más moderno del que vivió Marx, de una realidad distinta.
Las instancias como parte de una colectividad (Habermas) nos muestran la posibilidad real y de instrumentación teórica, que ayudan a descubrir realidades sociales y asimismo tener la posibilidad de realizar prospectiva instancial. En base al conocimiento amplio de los niveles sociales.
Creo que este análisis instancial, fue lo que hizo falta en el estudio de los socialismos reales europeos, que terminaron por colapsarse con la caída del muro de Berlín. Faltó el anudar la relación entre lo económico-político-cultural, es decir entender las propias contradicciones de estas instancias.
Asimismo es el reto para los estudiosos de las Ciencias Sociales, comprender lo complejo de lo instancial, para enriquecer el conocimiento de lo social.
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Publicado por José Roberto Hernández Fuentes y Samuel F. Velarde para OBSERVATORIO SOCIOLÓGICO DEL SIGLO XXI el 1/05/2009 04:39:00 PM
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