domingo, 21 de diciembre de 2008

LA TEORÍA SISTÉMATICA DE NIKLAS LHUMANN


La teoría sistémica de Niklas Lhumann: algunas anotaciones

Samuel F. Velarde ( sociólogo)


Introducción

La sociología ha sido una ciencia social, que ha tenido un desarrollo con muchas variantes a lo largo de su historia. La posibilidad comtiana de crear una ciencia del hombre, le otorga a la perspectiva social, la oportunidad de estudiar al ser humano desde su acontecer colectivo, desde su vivencia misma. El hombre se convierte en el actor social de su propia experiencia. Luego el hombre se observa como el que transforma y revoluciona las condiciones de existencia, el que a través de las contradicciones, modifica a la naturaleza y a las relaciones de producción (Marx). Pero también la sociología ajusta al individuo a las situaciones culturales, a hechos sociales que coerciona a los individuos para cumplir su rol fundamental (Durkheim). La sociedad así, fabrica moral y acciones conjuntas para el funcionamiento de la misma. También la acción social y los fines del individuo, crean maneras de intercambio y de funcionamiento social (Weber).
Con el tiempo la estructura social, se observa como el lugar donde los individuos cumplen funciones específicas, que mantienen el orden y el funcionamiento de la comunidad social. Evitando hasta donde se pueda, el conflicto y el choque de intereses en pos de una unidad funcional (Parsons).
Sin embargo en la medida en que las sociedades adquieren complejidad y sus relaciones sociales se convierten en multi-mecanismos de funcionamiento, nacen nuevas expresiones para explicar esa complejidad, una nueva epistemología que trate o al menos intente explicar, lo intrincado de las sociedades modernas. Una manera diferente de observar el sujeto y el objeto en la complejidad. La complejidad no solo se incrementa por volúmenes mayores de interacciones; comprende también incertidumbres, indeterminaciones, fenómenos aleatorios. Está relacionada con el azar; ligada a cierta mezcla de orden y desorden (Gutiérrez, 1998).
La teoría sistémica de la misma manera ayuda para explicar la complejidad... [ ] la existencia del Movimiento de Sistemas es una respuesta critica a la falta de actividad de la Ciencia reduccionista para luchar con diferentes formas de complejidad (Ferrer, 1997).
El pensamiento sociológico complejo, trata de desmenuzar con minuciosidad el mecanismo de la sociedad, hace de la sociedad un puzzle dificultosamente armable, algo paradójico. Descubre y re-acomoda a las partes y hace que el estudio social sea una dificultad antojadiza. En esta perspectiva Niklas Luhmann ubica su teoría, en esta breve semblanza se intentará explicar su sociología a partir de la visión anterior.

Luhmann y su acercamiento con la sociología

Niklas Luhmann nace en diciembre 8 de 1927 en Luneburg, Alemania. Luhmann ingresa al ejército alemán en 1944, siendo hecho prisionero tiempo después. Luego terminada la guerra, estudia Derecho en la universidad de Freiburg, esta formación tal vez le da la visión de tener la posibilidad de conocer ampliamente el discurso jurídico y analizar la perspectiva de la lógica jurídica, que le ayudaría en la construcción posterior de su discurso de la complejidad sociológica.
Ejerce poco tiempo la carrera de abogado y decide ingresar a la administración pública, trabaja en el Ministerio de Estado de Cultura y Educación en Hannover. Después en 1960 se va a Harvard a estudiar con Talcote Parsons. De regreso a Alemania ingresa en la Universidad de Bielefeld en 1968. Aquí es donde inicia su análisis sobre su sociología de la complejidad.

Su teoría
Luhmann al tener contacto intelectual con Parsons en Harvard, inicia su incursión en la sociología y de alguna manera con la teoría de sistemas, al encontrarse con el estructural-funcionalismo parsoniano. Tal vez este contacto le permite hacer la reflexión acerca de la posibilidad de darle a la explicación social, un sentido más complejo, que le auxilie según él, en analizar a la sociedad en sus partes. Una teoría, según la opinión de Luhmann, debe ante todo proveer un entendimiento mejor y mas complejo del mundo (Hornung, 2001).
Su teoría general de la sociedad tiene como finalidad estudiar y describir una sociedad contemporánea y llena de nudos gordianos, que le dan una categoría de ser una sociedad repleta de consideraciones funcionales, donde los individuos juegan un papel muy distinto al concebido por otras visiones sociológicas. Luhmann hace disecciones teóricas sobre esa sociedad y plantea argumentos novedosos y demasiado difíciles de analizar de una complejidad social. Sin embargo en esta óptica novedosa de desamarrar los nudos gordianos teóricos, obtiene una inédita dimensión de lo social. Luhmann logra aislar lo social de tal manera que la sociedad aparece como sistema y el ser humano como entorno de ese sistema (Torres 1998).
Esta aparente contradicción, que puede leerse de varias maneras, es para él parte central de su trabajo. Es decir el ser humano aparecerá para el mismo o para un observador como una unidad pero no constituye un sistema (Torres, 1998, 663). Entonces los sistemas son los que le dan al hombre la riqueza de su existencia. El ser humano lo que hace, es que ve en los sistemas la manera de acoplarse a través de una comunicación. Y esto se puede considerar muy seriamente en la medida de que los hombres nacen en los sistemas y ahí sin saberlo, se desarrollan y tan solo se relacionan con su comunicación. Entonces la sociedad para Niklas Luhmann es comunicación.
Este pensador al ser un creador sistémico y darle a la comunicación un referente de primero orden, está impulsando la buena posibilidad de crear un orden social “ordenado”, pero no en términos represivos o de intolerancia, sino más bien un sentido de orden “armónico”, sistémico, que le permita al individuo un desarrollo comunicacional y de construcción de entendimiento. Dice el profesor Berthier a propósito de la comunicación: la sociedad, por tanto es un sistema de comunicación, una operación que se establece como un excedente de estados pretéritos y que es capaz de aislarse con respecto a ellos y enlazarse de manera selectiva con operaciones del mismo tipo, esto es con más comunicación (Berthier, 2001). La comunicación es pues un sistema que hace a la sociedad y a sus partes autoconfigurarse, entonces esta comunicación juega un papel de red, al producir mas comunicación en la medida que lo comunicable genera mas respuestas de comunicación. La comunicación se sitúa por encima de estados psíquicos divergentes (Torres, 665)
Para Luhmann los sistemas se autogeneran: la autopoiésis, significa esa capacidad de subsistir por medio en este caso de la comunicación. Es por lo anterior que da la impresión que los seres humanos de repente, quedan fuera del panorama protagónico que otras teorías les habían dado, por ejemplo al papel central de la acción social, aquí con Luhmann, el ser humano, sencillamente es el entorno, pero un entorno que le da sentido a la comunicación y con los excedentes de la misma se le da forma y orden al sistema.
Uno de los rasgos importantes a mi juicio, de la teoría de la comunicación luhmanniana, es que a partir de aquí se pueden generar las contradicciones sociales, o “los malos entendidos”, o los “entendimientos” entre los individuos por la forma en que se asume dicha comunicación. Pues la comunicación genera una información y esto provoca “tres selecciones que ocurren de manera simultanea: la selección de la información o aquello que se incluye como contenido comunicativo, la selección de la notificación o la atribución de motivos para participar del contenido informativo y la selección de entender (o no entender). (Berthier, 2001). Así pues en esta perspectiva, los individuos pueden actuar y sus sentidos de compromiso pueden o generar conflicto o no generarlo para el sistema.
Niklas Luhmann tiene un concepto central para su teoría que es el sentido, a través de él se lleva a cabo la comunicación. Es un medio para el enlazamiento de la comunicación (Berthier). Para varios autores el concepto de sentido es una herencia weberiana.
Esta apreciación luhmanniana, de alguna manera nos permite observar al menos de manera muy abstracta, como el autor percibe mas allá de lo observable por el sentido común de la sociología tradicional, o mejor dicho por la epistemología o método científico tradicionales, donde únicamente se observa lo aparente, pero al decir Luhmann que el ser humano debe convertirse en observador, tal vez da la pauta metodológica para comprender mejor su propuesta teórica- comunicacional. Observador como el que puede desentrañar lo escondido, las nuevas pautas de entendimiento social. En otras palabras, ver cada línea del sistema organizado y comprender el andamiaje de ese funcionamiento.
Para este pensador sistémico, la religión no podía estar fuera de discusión, como un punto importante en el sentido de su función. La religión ha cumplido un rol en el transcurso de la historia, ha sido casi eje vital en el ser social (en la Edad Media por ejemplo), ha podido internalizarse en la conciencia del individuo como Peter Berger afirmaría. Luhmann nos hace ver que la religión se ha definido (su función) hoy en día de manera diferente. El tema función de la religión requiere finalmente, una toma de posición frente a la tesis de que la religión ha sufrido una “perdida de función “en la sociedad moderna, más bien se ha modificado su función. La religión se ha metamorfoseado con ese devenir de la complejidad social, se ha visto como parte de esa comunicación religiosa y que se “reproduce así mismo” (Luhmann, 2007). Ha creado también inmensas redes comunicativas, donde unas brotan a otras en esa ramificación religiosa.

Debate con otros autores
Si bien con su ex- profesor Parsons no hubo una polémica abierta, si de alguna manera rompe con el tradicional enfoque estructural-funcionalista. Promoviendo el problema-funcionalismo y asignando un lugar central en la teoría al concepto de equivalencia funcional. El funcionalismo parsoniano es demasiado estático para el gusto de Luhmann. Este dio mayor énfasis al estudio de la constitución dinámica del orden social (González, 2003).
Por otro lado, en el XVI Congreso Alemán de Sociología en Frankfurt en 1968, Luhmannn tuvo su primer enfrentamiento intelectual con Jurgen Habermas. Luhmann discute el concepto de acción comunicativa de Habermas. Esta es tanto una clase especial de acción como una clase particular de comunicación. Seria más conveniente, propone, orientarse por la pregunta de cuales diferencias permiten dirigir la obtención de información y la determinación de sentido (Krieger,2001). Parecería ser que la propuesta de la acción comunicativa de Habermas, tiene sus limitaciones teóricas y de percepción, en tanto cuanto es un concepto más cerrado. En la propuesta de Luhmann hay espacio para el consenso y el disenso, por ello su autopoiésis.

La teoría de sistemas de Luhmann como explicación del mundo actual
La importancia de la obra de este sociólogo alemán, nos invita a hacer una reflexión de cómo su abstracta y dificultosa teoría nos da varios elementos para comprender el funcionamiento sistémico de las instituciones y las organizaciones mundiales, incluso con su programa contextualizar o desenredar la teoría de las relaciones internacionales, tomando en consideración su concepto de comunicación y lo que ésta conlleva en la construcción de sistemas autosostenidos.
La sociología organizacional que es fundamentalmente el estudio de los sistemas burocrático-organizacionales, se ve bastante alimentada por la obra de Luhmann. Las empresas modernas por ejemplo, poseen un sentido, tienen una comunicación, se autoreproducen en todos los horizontes y además ejercen como sistema una gran influencia en el entorno (los seres humanos). Igualmente en la sociedad moderna, estas organizaciones productivas han tenido la gran capacidad de auto reproducirse sin causar crisis estructural, precisamente por la gran carga de funcionalidad sistémica que poseen. Es realmente sorprendente que las funciones de la organización se ven cada vez más sólidas, incluso más que las propias instituciones estatales, tal vez por esa gran cantidad de imputs, que recibe constantemente y esa gran posibilidad de outputs que otorga al entorno humano. Los sistemas organizacionales son sistemas sociales constituidos por decisiones y que atan decisiones mutuamente entre si (Luhmann, 1997). Entonces la complejidad se asocia también con decisiones, con el tiempo (temporalidad), de tal manera que así “descomponga su pauta de complejidad” y volverse “orden”. Una gran organización moderna como la Ford, Nestle, Telmex, serían ejemplos concretos de esa complejidad organizacional-orden-sistema.
El poder, es otro concepto que forma parte del sistema, pero de este concepto hace una red de “poderes”, combinaciones, para que puedan ser trabajadas por la organización o sistema. El poder en la organización sirve como un enlace de competencias que permite a los miembros de la misma ser funcionales. Esto recuerda bastante la teoría administrativa pura, donde el sistema fructifica en la eficiencia. Pero también en el sistema político burocrático. Dentro del código del poder aparecen diversas estructuras de contingencia dependiendo de si se les observa desde arriba (desde el superior) o desde abajo (desde el subordinado) (Torres 2004).
De la misma manera desde la perspectiva de las relaciones internacionales el concepto que más motivaría para darle un seguimiento a la posible influencia luhmmaniana sería el de comunicación, vista esta como: … [ ] la civilización y sus resultados son la consecuencia de las condiciones del cometido de la comunicación. Y si se atiende al grado tan alto de evolución socio cultural que se ha alcanzado, la única posibilidad para los individuos concretos de adaptarse a esta situación es mediante procesos comunicacionales. (Torres, 664).
Entonces en la teoría de las relaciones internacionales, los frutos de entendimientos que se deseen conseguir entre los diferentes pueblos o estados, está precisamente en la posibilidad de procesos comunicacionales, que desarrollen más comunicación y así hasta conseguir los resultados de sentido. El realismo político en cierta medida, se basaría en la comunicación para plantear sus argumentos de tipo diplomático en un mundo de anarquía. Un ejemplo actual, el conflicto entre la República de Georgia y Rusia más la mediación del Presidente Sarkozy, ejemplo de esta propuesta de comunicación luhmanniana, llevada al ámbito de la teoría de las relaciones internacionales. .
La complejidad de su esquema sirve porque casi ipso facto, nos lleva a una visión compleja-comprensible del sistema, es decir, en su lista de conceptos en ocasiones aislados, parece ser, nos da la oportunidad de ser usados como anzuelos y pescar la realidad compleja. Dice Luhmann “la humanidad realiza su unidad en dos niveles, en el mundo y en el del sistema sociedad…los símbolos culturales de la representación del mundo ya no coinciden punto por punto con los correlatos de los problemas que se generan en la sociedad”. Entonces aquel esquema caduco de que los individuos son parte de un mundo o de una sociedad determinada ya no es suficiente para encontrar caminos alternos para una epistemología de los social. Igualmente como lo cita, los símbolos culturales de antaño, ya no permiten explicarse lo que sucede hoy en este sistema-mundo. Aquí la pregunta sería ¿puede la teoría de este autor empujar una nueva comprensión de nuestro sistema-mundo?, ¿su teoría sistémica, auxiliaría en comprender mejor la insistencia humana en la autodestrucción, al momento que veríamos en el hombre a un engranaje de un sistema mas que al creador del sistema?
Desde una sociología de las utopías humanas, esta teoría, suena asimismo como una ordenación de “conceptos ordenados” y epistemológicamente justificados, que orientan también el pensar una sociedad hecha con una arquitectura comunicacional anticonflictiva, autoreproductora de valoraciones. Pudiera ser que en lo más profundo del pensamiento de Luhmann, existiera un modelo de sociedad funcional, sin perversiones o etiquetas de maniqueísmo o humanismo romántico, simplemente seres humanos regidos por reglas de convivencia y llenos de sentido-orden para hacer las cosas. Una humanidad haciendo uso de una racionalidad al cien por ciento.
En la sociología de la vida cotidiana la teoría de este autor ilumina y devela un nuevo conocimiento, de cómo el hombre ha construido un sistema cotidiano, que lo envuelve en su quehacer y ese quehacer es nada mas y nada menos, que la red comunicacional que se ha creado a partir del sentido de cómo los individuos observan al sistema cotidiano. Bajo su óptica el individuo es el entorno. Lo social no está construido a imagen y semejanza del hombre, sino que es el resultado de una coacción practica-evolutiva, su tendencia es a la reproducción de una dinámica autorreferida. Y aquí radica también la complejidad de la vida cotidiana, una serie de micro sociedades dispersas pero totalizadoras finalmente, donde los individuos interactúan por sistema y normas, por flujos de información que son asumidos u objetados.
En su análisis sobre la confianza, señala de manera algo etnográfica, como esta actitud es esencial en la relación comunicacional entre individuos, que muestran confianza como parte de la red del sistema, que a la vez los lleva a una familiaridad y que a la vez se relacionan con la complejidad. La familiaridad y la confianza son, por lo tanto, formas complementarias para absorber la complejidad y están unidas la una con la otra, de la misma forma que el pasado con el futuro (Luhmann 1996).

Conclusiones
La teoría sistémica puede ser catalogada de poca humanista, frívola, muy mecanizada a simple vista y sumamente concebida con cierta alevosía intelectual, en tanto, pretende totalizar lo que en un momento se pensó en términos fragmentados: el esquema típico de sociedad. Un tipo de sociedad donde la regla es observarla a partir de un ser humano lleno de sapiencia y que transforma a su interés la estructura social. Donde la conciencia del individuo es casi incuestionable, sobre todo cuando esa conciencia descubre su razón ideológica-política o su papel en la red de la acción social (Marx y Weber). Entonces también el esquema de sociedad partida en instituciones, leyes, clases, estado, territorio, se desbarata ante el programa luhmanniano, que aglutina en sistema al todo y el hombre no es tan capaz finalmente de ser el ente protagónico, es simplemente un eslabón comunicacional dentro de una estructura casi finalizada.
Luhmann en su afán de buscar el orden, diseña la autopiésis, como una manera de que los sistemas se auto regeneran, donde encuentran una especie de recuperación de sentido. Tal vez así intenta evadir o disminuir la posibilidad de destrucción de los mismos, como el conflicto destructivo entre las partes (revolución, lucha de clases, conflicto), donde el orden y el funcionamiento pierden garantía.
En un mundo global lleno de quebraduras estructurales y de disminución institucional (el estado por ejemplo), aparecido nuevas fobias, fenómenos, actitudes, inconveniencias, malestares, patologías, incertidumbres de mil formas, una completa sociedad del riesgo. Luhmann parece ser al menos en teoría sociológica, un alivio teórico-explicacional de esta anterior fenomenología. Pues aunque parezca contradictoria la obra sistémica de Luhmann, puede al menos dar luz a ciertos problemas en apariencia sin sentido.
Lo que si es cierto, es que este planteamiento epistemológico-metodológico, es un punto y seguido para las ciencias sociales, especialmente para la sociología, que permite motivar el trabajo intelectual en el estudio del hombre y sus ideas. Pone de manifiesto que por donde lo observemos, lo que el hombre construya, seguirá siendo base del conocimiento y de nuevas dudas ontológicas y epistemológicas. Finalmente el edificio sobre lo social desde Marx a Lhumann, lo único que se le ha agregado poco a poco, son los ladrillos.
Una cuestión importante a mi ver, es que nuestro personaje, ajusta al ser humano en un nivel de abstracción activa, es decir lo pone en un escenario como si en ocasiones no sepa que hacer individualmente y solamente es un actor secundario, influido por circunstancias sistémicas, normadas y definidas con antelación. Esto es, existe toda una infraestructura o red de información que se procesa o no, una maquinaria que funciona a partir de vínculos y eso proporciona la maniobra total del sistema - sociedad. Y desde aquí podemos de nuevo explicarnos la complejidad de la conductita socio-psicológica del individuo, por desgracia con abundante actuación patológica.
En tiempos globales es un hecho que el contexto a creado ejércitos de personas desprovistos de historia y regidos por el mercado, fobias que parecían ya superadas, una geopolítica global aparentemente homogenizada, pero que en el fondo construye grandes diferencias, que tal vez en el futuro desemboquen nuevamente en fronteras cerradas o en un gobierno mundial cuasi-totalitario, el sistema enaceitándose, para bien o para mal, Luhumann tendrá razón en varios aspectos. Una maquinaria social en muchas de las veces incierta, únicamente esperando su temporalidad para saber lo que sucederá, mientras tanto la sociología ya tiene demasiada tarea, proseguir esforzándose por comprender la complejidad actual, observando con sentido el sistema y tratando de explicarlo con cautela y sin aspavientos.

Algunos Aforismos de Luhumann

Todo sistema promueve su propia velocidad y dinamicidad, su grado de complejidad y sofisticación, no hay sistema que pueda estar al margen de esta ley elemental de la simultaneidad. (El futuro como risgo)

A través de la memoria el sistema se provee de diferenciaciones de tiempo con el objeto de ordenar este caos autogenerado (El futuro como riesgo)

La confianza, en el más amplio sentido de la fe en las expectativas de uno, es un hecho básico de la vida social. (Confianza)

En los mundos familiares, el pasado prevalece sobre el presente y el futuro. (Confianza)

La confianza sistémica no siempre tiene que aprenderse de nuevo desde el principio. (Confianza)

La planificación es necesaria siempre y cuando la organización deba aplicar componentes ficticios. (Organización decisión)

Obras de Niklas Luhmann

* La sociedad de la sociedad
* La realidad de los medios de masas
* La política como sistema
* Derecho de la sociedad
* Arte de la sociedad
* La religión de la sociedad
* Poder
* Confianza
* Sistemas sociales, lineamientos para una teoría general.




* Sociólogo. Profesor de Sociología Médica en la Maestría en Salud Pública de la UACJ. Asimismo profesor de Sociología Organizacional en el ITCJ. Actualmente estudiante del Doctorado en Relaciones Transpacíficas en la Universidad de Colima.


Bibliografía


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Beriain, Josetxo, (1996), Las consecuencias perversas de la modernidad, Anthropos, Barcelona

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Ferrer, Figueras, Lorenzo (1997), Del paradigma mecanicista de la ciencia al paradigma sistémico, Universitat de Valencia, Valencia.

Gutiérrez, Gómez Alfredo, (1998), Edgar Morin y las posibilidades del pensamiento complejo, Metapolítica, vol 2, no. 8. Oct-Dic. pp. 643-659

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Luhmann, Niklas, (1997), Organización y decisión. Autopoiesis, acción y entendimiento comunicativo, Anthropos, UIA, México.

Metapolítica (1998), no. 8 vol, 2, México

Torres, Nafarrete Javier (1998), Sistema y complejidad, la arquitectura de la teoría de Niklas Luhmann, Metapolítica, vol.2, no.8, Octubre-Diciembre. P.663

Torres, Navarrete Javier, (2004), Luhmann: la política como sistema, FCE-UNAM-UIA, México.

domingo, 14 de diciembre de 2008

UNA VISIÓN DEL DEPORTE Y LA PARTICIPACIÓN FEMENINA







Una visión social, política y cultural del deporte y la participación femenina.

José Roberto Hernández Fuentes

Introducción

La objetividad de las diferencias entre lo masculino y lo femenino radica en el aspecto biológico del individuo, mientras que en las dimensiones principalmente sociológicas, psicológicas y culturales, el ser humano ha ido estableciendo a través de la historia las distinciones en cuanto a capacidades físicas e intelectuales entre hombres y mujeres, asimismo se han delegado y aceptado roles sociales que condicionan el accionar y el tipo de actividades correspondidas tradicionalmente a cada género. Partiendo de ésta premisa, queda claro que en el espacio sociocultural de desenvolvimiento humano, tanto el hombre como la mujer mantienen un estereotipo transmitido generacionalmente que los ha estigmatizado al aceptar y someterse a dicha situación social. En este sentido, la mujer se ha visto en una arbitraria desventaja sociohistórica, pues al analizar su desarrollo como persona y poniendo énfasis en el proceso de socialización, se observa que desde la infancia a la mujer se le relaciona directamente con simbolismos que denotan una clara subordinación ante el hombre, partiendo desde la marcada diferencia en los colores de la vestimenta, como lo son el azul para el niño y rosa para la niña, los cuales traen consigo significados de fortaleza y sutilidad, hasta actividades que dan soporte en términos materiales y morales al hombre.
A raíz de este tradicional proceso primario de socialización, la mujer poco a poco va construyendo una identidad femenina que presupone un distanciamiento de las características psicosociales del género masculino.
Al aceptar una preestablecida capacidad física inferior, la mujer muestra aptitudes menores para la resistencia y las competencias físicas, sin embargo, esto se justifica con la peculiar atribución histórica de éstas dos características al hombre, conduciendo al género femenino a desarrollar sus capacidades con mayor aptitud para la creatividad, la intelectualidad y la sensibilidad.
Existen dentro del terreno cultural espacios en donde la hegemonía masculina ha dominado a través de los años y donde la participación femenina ha sido casi nula, tal es el caso específico del deporte en todas sus vertientes. Así como en los demás ámbitos de la vida cotidiana del ser humano se han planteado diferencias biológicas, psicológicas, sociológicas y culturales entre hombres y mujeres, el aspecto deportivo no es la excepción. Ya que la práctica del deporte exige una condición física en donde se ponga a prueba la capacidad de resistencia y la durabilidad de la competencia, es decir, el rendimiento, aspectos tradicionalmente “propios” del hombre, la mujer dado sus características identitarias y socialmente establecidas fue durante mucho tiempo excluida de éste ámbito cultural. Además de este paralelismo contrario en el sentido deportivo, la cuestión del interés por el deporte tiene variaciones según el género en el cual se ubique la persona; dado que la competencia deportiva ha sido dominada por los hombres desde sus inicios y que la participación de la mujer ha sido obstaculizada y limitada, las féminas han sufrido un desanimo que sumado al estereotipo que socialmente se le ha impuesto, ha llevado a muchas de ellas a no tener un interés por la práctica del deporte en un sentido de competencia formal. Siendo así, la mujer ha tenido la necesidad de visualizar el deporte desde otra perspectiva, es decir, ya no buscando una aceptación dentro del sistema deportivo de competencias oficiales, sino relacionando el deporte con la concepción de una buena imagen corporal; el deporte como una herramienta utilizada para la belleza. Esta perspectiva ha contribuido al crecimiento de la industria de la belleza, que con la invención e innovación de productos de soporte deportivo ha ampliado su ramo y a la vez generado un apoyo técnico en el nuevo instrumento de belleza que ha tomado la mujer. Los deportes en lo que se observa una mayor participación femenina son el fitness, la danza, gimnasia y trote; en estos, el aspecto deportivo no hace énfasis en la competencia, sino que se enfoca en el mejoramiento del aspecto físico que conduce a una buena imagen corporal.
Siguiendo ésta lógica, podemos hablar de que el éxito deportivo se interpreta de diferente manera entre hombres y mujeres. La finalidad o el objetivo que se persigue en una competencia deportiva entre individuos del sexo masculino es la victoria ante el rival mediante un rendimiento adecuado, interpretando el éxito deportivo en el resultado que se obtenga frente al oponente, mientras que por el lado femenino la idea del éxito deportivo se concibe en el dominio de la técnica y las capacidades físicas y, a su vez en el reflejo que se tiene en el mejoramiento personal y corporal de la mujer.
En pocas palabras, este ensayo resaltará la controvertida relación entre la mujer y el deporte, destacando los aspectos sociales, políticos y culturales de la participación de la mujer en el ámbito deportivo.

Antecedentes

No se sabe a ciencia cierta si la mujeres participaron en alguna competición deportiva en los Juegos Olímpicos de la antigüedad celebrados en lo que hoy conocemos como Grecia, existen rumores de que no sólo no participaban en las competencias deportivas, sino que además de esto se les prohibía la entrada a los estadios. Pese a esto, las mujeres organizaban y realizaban sus propias competencias deportivas tres semanas previas o posteriores a la inauguración de los Juegos Olímpicos en honor a la diosa Hera esposa de Zeus. “Estos juegos llamados Hereos, incluían carreras a pie para doncellas, no todas las participantes eran de la misma edad, primero corrían las más jóvenes, luego las que le seguían de edad y por último las de edad más avanzada; el estadio era más pequeño que el estadio olímpico, la vencedora recibía una rama de olivo y una parte de la vaca sacrificada a Hera”. La práctica deportiva por parte de las mujeres en sus inicios (tiempos de la antigua Grecia) era totalmente al margen de los hombres y así se mantuvo durante mucho tiempo, la participación de la mujer en el deporte estaba prácticamente prohibida o encontraba siempre muchos limitantes. Fue hasta principios del siglo XX cuando se dio la primera participación oficial de la mujer en competencias deportivas, esto al margen de la celebración de los Juegos Olímpicos celebrados en Estocolmo en el año de 1912 para ser precisos, sin embargo, esta participación del género femenino se llevo a cabo sólo en las pruebas de natación. “En 1921, unas asociaciones deportivas de mujeres organizaron una Olimpiada de mujeres en Montecarlo, para manifestar su disconformidad con los organizadores de los Juegos Olímpicos” , repitiéndose esta celebración en los años 1992 y 1923, lo cual ejerció presión dentro del Comité Olímpico Internacional que los llevo a tomar la decisión de ampliar el cupo de mujeres en los próximos Juegos Olímpicos, que en ese tiempo se celebrarían en la ciudad de Ámsterdam, Holanda, en el año de 1928.
Esta ampliación de pruebas deportivas en las cuales se aceptaba la participación de las mujeres correspondía a competencias tales como los 100 metros planos, 800 metros planos, relevos 4*100, salto de altura, lanzamiento de disco (1kg), tenis, tiro con arco y natación. Cuatro fueron las razones fundamentales por las cueles no se les permitió a las mujeres probarse en otras disciplinas deportivas, 1) la creencia de que las practicas deportivas no eran compatibles con la maternidad, 2) la consideración de algunas practicas deportivas como agresivas y violentas que van en contra del estereotipo femenino, 3) la importancia de los roles sociales básicos de la mujer, esposa y madre y, 4) la tan discutida inferioridad que se le atribuye a la mujer en el aspecto biológico.
Luego de librar una dura batalla en contra de la apropiación del deporte por parte de los hombres, el género femenino ha logrado tener éxito en la participación de las mujeres en todas y cada una de las disciplinas deportivas, dejando de lado argumentos arcaicos y tradicionalistas que se oponían a la apertura deportiva en cuanto a género.
El aspecto sociocultural y político de la relación mujer y deporte
El deporte como se le conoce y se practica en la actualidad, con aspectos normativos y reglamentados que promueven el “juego limpio”, es propio de sociedades contemporáneas, su nacimiento, crecimiento y desarrollo se genera a raíz de la evolución de la urbanidad y el crecimiento industrial, estas características envuelven ciertas circunstancias en las cuales los integrantes de una determinada sociedad se ven afectados por la nueva dinámica laboral que los enajena a tal manera que los pocos tiempos libres con los que disponen son muchas veces sinónimos de ocio. Sin embargo, la popularidad que se ha ganado y con la que cuenta actualmente el deporte en todos sus niveles y vertientes en la gran mayoría de los países, ha propiciado en las personas un interés por relacionarse con el ámbito deportivo, ya sea en términos de recreación o bien de representación.
En una mayoría considerable de las sociedades del mundo, principalmente en las occidentales, el deporte es un elemento cultural que cobra relevancia en el estilo de vida de las personas, éste aspecto cultural no sólo se proyecta en una determinada practica deportiva profesional o amateur de los individuos, es decir, como una forma de recreación utilizada para invertir de la mejor manera el tiempo libre y a su vez mejorar la salud y el bienestar personal o, dedicarse completamente a una disciplina deportiva como forma de ganarse la vida, el fenómeno social en el ámbito deportivo también se presenta y refleja en el apoyo fervoroso y sin condiciones hacia alguna representación deportiva de la ciudad donde se habita o se nace. Y es aquí, donde se pueden observar y analizar algunas de las principales funcionalidades del deporte que se manifiestan en el logro de resultados dentro de una institución deportiva o también en el simple hecho del entretenimiento del espectador. “El deporte constituye una de las manifestaciones más genuinas del sistema social imperante, cuya función reside en su capacidad para integrar en él a multitud de personas que socializan a través de su práctica” . En estas palabras podemos encontrar la función social fundamental del deporte en general, ya que a nivel cultural éste podría ser el único elemento que sea capaz de reunir, integrar y solidarizar a la sociedad. Por otro lado y, aunado a esta integración social el deporte es una importante ayuda para la constitución de una identidad, de tal manera que esta identificación con el prójimo lleve a cerrar líneas y propicie una tolerancia a las diferencias culturales y sociales que en otros sentidos se pueden generar. Sin embargo, estas características solidarias e identitarias del deporte se han visto distorsionadas en algunas de las disciplinas deportivas más populares en el mundo; hablando específicamente del fútbol, hemos sido testigos de hechos radicalmente violentos en diferentes países que atentan contra la verdadera esencia, no sólo del fútbol como disciplina deportiva, sino del deporte en general que promueve exactamente todo lo contrario a estas situaciones tan desagradable e inhumanas, es decir, tenemos ante nuestros ojos la utilización política del deporte, “la manipulación política del deporte como espacio para la transferencia de mucha violencia reprimida, de mucha frustración social acumulada” . En este sentido, el deporte ha encontrado su lado oscuro, el de la división social, el del fanatismo radical y enfermizo que no genera más que agresiones violentas e inclusive fatales en las canchas y tribunas de los estadios en donde se dice, se lleva a cabo el fair play. Tenemos aquí, una visión conflictiva del deporte mundial, aquella que es causada por la intolerancia y la discriminación, por la no aceptación de que existen personas de otro origen, de otra perspectiva, de otro sentimiento y por lo tanto con un apoyo ha aquello con lo cual se identifican, en este caso, con el club deportivo de su preferencia. “El deporte, lejos de significar un pasatiempo inocuo e intrascendente, es una más de las claves sociales que nos permiten comprender el origen y evolución de los tiempos modernos” , una evolución que lleva consigo síntomas de segregación ya no sólo en términos socioeconómicos o clasistas, sino también una segregación cultural que nos ha llevado a una intolerancia descomunal en donde la humanidad ha visto perdidos sus principios de pacificación. Esto me conduce ha reflexionar sobre la perspectiva que la sociedad tiene acerca de la participación de las mujeres en el ámbito deportivo en los tiempos modernos. Desde sus inicios, la mujer ha tenido muchos limitantes y obstáculos que le impiden de manera grotesca y arbitraria su participación formal u oficial en el deporte; éste fenómeno discriminatorio se ha argumentado con el planteamiento de diferencias que van desde la dimensión biológica, hasta terrenos sociológicos, políticos y culturales, lo cual, sin lugar a dudas lleva una carga psicológica demasiado fuerte y arraigada sobre y en la mujer. Además, la práctica deportiva se torna selectiva en términos de clase social, pues existen actividades deportivas como el tenis, el golf, el esgrima entre otros, que debido a su tinte elitista no están al alcance de cualquier persona que deseé practicarlas, por lo tanto, ésta estratificación social del deporte se vuelca a las exigencias económicas y de estatus social que caracterizan a ciertas disciplinas deportivas. Pese a esto, la mujer no ha descansado en su intento por lograr la igualdad entre los géneros que le permita desarrollar capacidades que le han sido limitadas a lo largo del tiempo, ésta dura batalla en contra de la represión femenina ha tenido sus fundamentos en dos de los movimientos y fenómenos sociales más importantes que han acontecido a la humanidad, “las doctrinas ideológicas y políticas que inspiraron la Revolución francesa y los cambios económicos y sociales producidos por la Revolución Industrial también sirvieron para establecer las bases de los movimientos feministas que, ha lo largo de los siglos XIX y XX, han venido luchando por los derechos de la mujer y por su emancipación” . A través de estas luchas de causa justa por parte de las mujeres, se ha venido generando una flexibilización social que se ha visto reflejada en la apertura de muchas puertas en sectores socioculturales y sociopolíticos para las mujeres, un ejemplo claro del éxito femenino en su lucha por la igualdad de género es la participación de la mujer en todas las disciplinas deportivas oficiales existentes. Volviendo a los terrenos de la funcionalidad del deporte, ahora si es posible darle una credibilidad objetiva al la función social general del deporte, cuya premisa fundamental es la integración y solidarización de la sociedad en general, incluyendo esto una igualdad de género que en el ámbito deportivo ha traído consigo grandes éxitos y más popularidad hacia el deporte en el sentido mundial del término. Es decir, el deporte ha perdido la hegemonía masculina y ha englobado su practicidad a través de la igualdad de género, lamentablemente excluyendo de esto a aquellas sociedades en donde el papel de la mujer aún sigue siendo inferior y su participación limitada, como es el caso de los países medio orientales.
Esta plena participación de las mujeres en los deportes no sólo ha generado en ellas una perspectiva de competencia oficial, sino que le han dado otra finalidad. Gran parte de la identidad femenina esta llena de simbolismos que resaltan su belleza, esta condición a propiciado la invención de productos que contribuyan a aportar aditivos extras que permitan a la mujer exaltar sus características físicas mediante la utilización de cosméticos específicamente.
Esta imagen superflua y característica de la mujer no sólo se basa en la utilización de cosméticos para mejorar su apariencia, tengamos en cuenta también la importancia que para ellas (y ellos) tiene una figura esbelta del cuerpo, un delineamiento corporal tal cual lo marcan los estándares de belleza emitidos por los grandes emporios de esta industria, y una de las herramientas tomadas seriamente en cuanta para dar forma esa promisoria belleza corporal es nada más y nada menos que la actividad deportiva. En este sentido, las disciplinas deportivas más practicadas son aquellas que están enfocadas a la salud y bienestar corporal, actividades tales como el fitness, el gimnasio, el trote, ciclismo y la danza.
En una cultura donde cobra tanta relevancia una buena imagen personal, los fundamentos culturales tienen un sentido estético importante. Las creencias, las ideas, los valores, en fin, los patrones culturales que se siguen, fomentan conductas y comportamientos que establecen los grandes grupos dominantes a través de sus dos principales armas, los medios de comunicación y la globalización, vías que les permiten llegar a cualquier lugar del mundo sin la necesidad de estar e interactuar mediante una presencia física. Esta mercantilización del deporte desde sus aspectos técnicos e instrumentales hasta la creación de estereotipos deportivos fuera de serie, poco a poco va generando cambios en la esencia cultural deportiva; esas creencias, ideas y valores característicos del deporte en el cual se fomentaba la idea de la salud física y mental, el bienestar personal y el entretenimiento familiar, se han visto distorsionadas por la politización y mercantilización del sistema deportivo, cuyos principales objetivos pueden ir acorde a una distracción que evada problemas sociales de trascendencia política (la participación ciudadana) y a su vez objetivos de índole meramente económica. De esta manera, la mujer cobra gran importancia para los propósitos políticos e industriales, ya que el éxito obtenido por ellas en el ámbito deportivo ha rebasado los limites y superado cualquier obstáculo que se les halla impuesto, por tal motivo, éste triunfo de la mujer en espacios que se consideraban dominados y propios de los hombres, ha conducido a una relación entre mujer y deporte que en principio se consideraba prácticamente imposible de funcionar, y que a pesar de esas diferencias objetivamente biológicas, la igualdad socio-político-cultural entre los géneros (hombre y mujer) ha dado como resultado una comunión éxitosa en todos los sentidos, aspectos y dimensiones entre la mujer y la practica deportiva.



Conclusiones

Los triunfos y éxitos logrados por el género femenino en los últimos tiempos, han dejado en claro que ese estigma de “sexo débil” ha sido borrado sino totalmente, si en gran parte de la constitución de la mujer moderna; el papel del hombre en esta nueva y positiva situación debe sufrir un cambio en su conducta y comportamiento, que permita una mayor flexibilización al nuevo modelo de mujer que se esta presentando, para así poder contribuir a la apertura de nuevas vías por las cuales las mujeres pueden poner a prueba sus capacidades y potencialidades, sin el obstáculo problemático de la resistencia al cambio por parte del género masculino. Cuando se logre esto de manera total, estaremos llegando a un punto de madurez humana en donde las diferencias socio-político-culturales entre hombres y mujeres dejaran de ser objeto de tensión y a su vez quitaran el freno que impide un desarrollo ecuánime, justo y solidario para la humanidad.


Bibliografía

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García, Ferrando, Manuel, et.al. Sociología del deporte, Alianza editorial, Madrid, España, 1998.

Suárez, Orfeo, Los Cuerpos del poder, deporte, política y cultura, Ed. Casiopea, Barcelona, España, 2000

Elias, Norbert y Eric, Dunning, Deporte y ocio en el proceso de la civilización, Fondo de cultura económica, México D.F, 1986.

Dunning, Eric, El fenómeno deportivo, Ed, Paidotribo, Barcelona, España, 1999.

sábado, 13 de diciembre de 2008

UNA BREVE VISIÓN DE CHINA


Una breve visión de China
Samuel F. Velarde


Introducción
En un mundo global como el que nos está tocando vivir, donde los acontecimientos internacionales suscitan varias preocupaciones no solamente para los especialistas en la materia, sino también para los gobiernos, empresas multinacionales, universidades, organismos internacionales y para las mismas sociedades, precisa entender este movimiento constante de lo que ocurre en el mundo. El presente ensayo procurará explicar desde la vertiente de una disciplina social, un tema estratégico y realmente apasionante: China.
Hablar hoy en día de la Teoría de las Relaciones Internacionales (TRI a partir de aquí), es analizar la serie de corrientes de pensamiento que enmarcan a esta interesante disciplina dentro de las Ciencias Sociales. Corrientes que de alguna manera se diferencian unas de las otras por su abordaje del objeto de estudio: las relaciones entre estados soberanos, sin embargo esas relaciones entre los estados, se dan en escenarios o contextos históricos diferentes, o perspectivas también disímbolas. Que van desde presentar al mundo como un espacio de posibilidades armónicas (idealismo), pasando por quienes lo observan como un lugar de anarquía e incertidumbre (realismo), hasta aquellos que toman en consideración factores aparentemente tan subjetivos como las conductas individuales, cultura o simbolismos, que inciden en los comportamientos del estado (constructivismo). Finalmente las añadiduras neo, que al menos enriquecen los puntos de vista de las grandes tradiciones teóricas.
El pensamiento occidental de la TRI invade este campo específico de las Ciencias Sociales por un lado, por otro, ésta occidentalización lleva a una especie primero de eurocentrismo, luego un anglocentrismo en la forma de leer la cosmovisión del mundo. Es decir, los comportamientos de los estados se explican a partir de una óptica meramente occidental, dependiendo de donde se localicen las hegemonías del momento, dejando a un lado visiones o metodologías, que pudieran existir en otras regiones del globo. Esta óptica occidental se cobija en los clásicos de las ciencias sociales en sus múltiples disciplinas (Marx, Weber, Durkheim, Gramsci y Parsons, principalmente). Ya como teoría, con el andamiaje epistemológico de un discurso especializado y el gran aporte de los teóricos internacionalistas del vuelo de Kenneth Waltz, Hedley Bull, Ernest. H. Carr, Raymond Aron y Alexander Wendt entre otros; la TRI adquiere una connotación científica y objetiva, que explica las variadas conductas de los estados en su acercamiento o distanciamiento con sus similares.
La epistemología de las ciencias sociales es simultánea dualista y monista-pluralista, según la perspectiva que se adopte (Giménez 2004). Entonces el corpus teórico de la TRI, adquiere una riqueza fenomenal, una serie de conceptos y reflexiones que le permite indagar los comportamientos de los estados-nación, su desarrollo interno y el impacto hacia el exterior.
Los avatares históricos de principios del siglo XX, son el marco de referencia teórico-práctico de la TRI, lo que explica científicamente las redes y actitudes político-económicas de un estado o estados en relación a otro (su práctica guerrerista, diplomática, comercial, de dominación o supeditación). Así al darse el conflicto de la primera guerra mundial en Europa, el historiador británico Ernest. H. Carr aborda en su libro La crisis de los veinte años, planteamientos que se sitúan entre el idealismo y el realismo, los dos puntos de vista antagónicos en su perspectiva del análisis internacional. Carr explica de cómo el paradigma idealista en el conflicto de la primera guerra mundial fue realmente catastrófico, al no tomar en consideración las situaciones reales del conflicto, sus causas y consecuencias. El idealismo al tratar de observar los hechos a partir de una filosofía política de lo moral, donde se cree que la ética política reflejada en el derecho internacional y en los tratados internacionales podía detener el proceso bélico, fue realmente errático. En este análisis de Carr toma en consideración la experiencia europea basada en su historia política; la paz de Westfalia , pero también en una teoría del conocimiento que tiene sus raíces en un Hegel, Kant y Marx.
El anterior y breve marco referencial de la TRI en occidente, es el punto de partida para explicar entonces el ascenso actual de la República Popular China, su incrustación paulatina en un escenario internacional institucionalizado, donde China pareciera ser, está dispuesta a respetarlo y adecuarse a sus normas y expectativas ( Ikenberry, 2008).
El siglo XXI, inicia con problemáticas de toda índole heredadas del siglo XX. La pobreza, la ausencia de democracia en varios países, el narcotráfico y la escasez alimentaria, son los principales puntos en conflicto que ahora están en debate, sin embargo aunado a lo anterior, también se perciben un conjunto de circunstancias que tienen que ver con el medio ambiente, el calentamiento global, que ha pasado de ser un factor meramente ambiental, a un componente muy ligado a la seguridad nacional y a la seguridad del planeta. Por otro lado la conformación de un mundo interdependiente que trasciende lo internacional y se convierte (parafraseando a McLuhan) en una aldea propiamente global, donde las relaciones comerciales han adquirido un perfil si no novedoso, si muy dinámico con modelos de integración e intercambio entre los estados, dignos de un análisis concienzudo.
En este contexto que en ocasiones parece un gran puzzle geopolítico, la práctica de las relaciones internacionales ha sido transformada por varios factores. Entre ellos, una reconformación de la geografía mundial iniciada en las últimas décadas del siglo XX (desaparición de la URSS, Yugoslavia, Checoslovaquia y el nacimiento de varias repúblicas balcánicas y caucásicas) que obliga a replantear postulados, doctrinas y conceptos sobre la TRI, como el de política, o el mismo concepto de Estado como ente organizacional de las sociedades. Pero también asistimos a nuevas problemáticas de las relaciones internacionales, sustentadas no solamente por las actuales fronteras mundiales y su fenomenología, sino por otros elementos que han dado como resultado una paranoia colectiva mundial: el terrorismo.
El siglo XXI y el fenómeno de la globalización, traen como consecuencias el re-nacimiento de nuevos actores sociales internacionales, que exigen rediseñar, analizar y contemplar un escenario diferente al anterior siglo XX. Sobre todo a raíz del posicionamiento de ciertos países asiáticos en la arena mundial. El comercio internacional por un lado, la tecnología en un mercado dinámico y la urgente necesidad de estos países por alcanzar posiciones estratégicas, hacen que países como China, Corea del Sur, Taiwan, Singapur, Malasia, Tailandia, Indonesia incluso Viet-Nam, obviamente Japón, cumplan un papel muy diferente al que tenían en un pasado reciente.
El caso de China resulta sumamente importante, por tratarse del país más poblado de la tierra, con una gran tradición cultural, un pasado histórico cercano bastante interesante (todo el proceso del maoísmo autoritario), poseedor de un inquietante plus de tecnología, un ejército disciplinado y numeroso, sumando el actual proceso de industrialización y protagonismo como nación nuclear. Esto convierte a China en un objeto de estudio muy amplio, donde la visión occidental tiene que ir más allá de esa perspectiva centrista y de alguna manera, empatizar con tal objeto de estudio, con el fin de comprender mejor el complejo mecanismo sistémico chino. Bajo esta semblanza se abren nuevas propuestas para explicar las tendencias de las relaciones sino-occidentales, que tienen como pretensión hacer una evaluación de cuál será el comportamiento chino en el escenario del siglo XXI, dimensionar globalmente su presencia en los foros internacionales, en su zona geográfica de influencia y en el comercio internacional, sin ignorar una re-configuración política al interior de la misma sociedad china y sus posibles repercusiones hacia fuera.
Este trabajo pretende al menos describir en lo básico el ascenso chino, que se refleja hoy en su despegue económico internacional protagónico y en el crecimiento acelerado de una numerosa clase media, dispuesta a consumir lo que se le antoje, enfatizando en la política exterior china como antecedente histórico y como presente.
Breve semblanza del pensamiento de la filosofía política china
De principio, para exponer el fuerte aislacionismo de China en relación al occidente en un largo periodo, su concentración de poder central que tiene este gran país durante gran parte de su vida histórica ( casi hasta la época maoísta) y que lo hace comportase en ocasiones como un estado fuera del contexto occidental de las relaciones internacionales, puede tal vez explicarse de manera concisa, si entendemos su cosmovisión filosófico-política de gran influencia confuciana, de lo que significó el estado en la civilización china y su relación con el exterior.
El pensamiento tradicional chino, su ideología y el poder, se ven inmersos desde el principio en un sistema cerrado, de rendir pleitesía al emperador, un culto extraordinario que iba más allá del simple respeto a la autoridad. Esta centralización del poder, nublaba una visión geocultural de lo que existiera “más allá de los confines” físicos, imposibilitando cultural y políticamente “conocer” a los otros, interesarse por lo de “allá”. Entonces se construye una idea de poder absoluto, que tiene que ver no solamente con lo político, sino también con lo espiritual; dos aspectos trascendentales en el cimiento de la civilización milenaria china.
Todas las filosofías políticas de la época coinciden en señalar que en el principio todo era desorden porque los hombres tenían opiniones diferentes sobre las cosas. Fue el emperador el que impuso su voz y su opinión sobre el resto y así estableció el orden. Para la filosofía política clásica no hay lugar para el dialogo. […] Para el confucionismo el emperador es el motor inmóvil que no actúa, pero, sin embargo, todo lo demás se mueve en virtud de él.

Confucio como un personaje que invade el pensamiento chino de manera importante, no escribe, sin embargo sus grandes discípulos sintetizaron su obra en una serie de aforismos, pudiera ser esto una buena fuente tal vez especulativa, pero histórico-filológica sobre la circunstancial ausencia de escribir o definir conocimientos y conceptos, que fueran conformando a su interior una comprensión de lo chino como unidad histórica. Entonces no hubo un conocimiento sobre lo político en términos sistémicos tal como existió en occidente.
En la China tradicional, había una regla sin excepción; la alternativa al reino de la burocracia era la anarquía. La persistente estabilidad de algo que puede ser llamado funcionario es el signo mas característico de la ininterrumpida civilización china.
Bajo las subsecuentes dinastías imperiales chinas, el autoritarismo político no cambió sustancialmente, tanto el confucianismo, como el taoísmo y el budismo, influyeron bastante en la cosmovisión del mundo oficial chino, su verticalidad jerárquica y el pensamiento político derivado de esa postura, impactaron con fuerza en el conocimiento acerca del otro; minimizando lo diferente, más a lo extranjero. La tianxia, refiriéndose a lo que hay “debajo del cielo”, no es más que la prueba de la gran extensión geográfica de China y bajo esa percepción, lo único aceptado es lo que hay debajo de ese cielo; por lo general grupos étnicos diversos, aunque cercanos en algunas costumbres e idioma y religiosidad, o al menos en sus características físicas.
Geopolíticamente pues, la gran dificultad histórica del pueblo chino o de esas grandes comunidades que precisaban un espacio geográfico casi similar, fueron sus diferencias o cosmovisiones de cómo construir un gran imperio u homologar a esa enorme diversidad étnica, trayendo incluso una cadena de conflictos armados al interior de su territorio. Antes de las intervenciones europeas del siglo XIX en la llamada guerra del opio, ya habían existido grandes confrontaciones como la rebelión Taiping. Esta Rebelión fue casi una guerra civil con grandes connotaciones religiosas y sociales, que ocurrió en China entre los años de 1851 y 1864, en las que se enfrentaron las fuerzas imperiales de la dinastía Qing y el Reino Celestial de la Gran Paz de orientación cristiana, que ocupó durante el conflicto zonas importantes del sur de China. Es pues explicable que la concepción geopolítica de los gobernantes y pueblo chinos fuera muy limitada y el concepto de estado-nación no tuviera el mismo significado que en occidente. En esos mismos años en Japón, ya se había dado un desarrollo occidental bastante importante a diferencia de China, con una visión demasiado clara de cual sería su papel en el mundo, al menos en la región asiática, de ahí su posterior intervencionismo imperialista en Asia.
Así pues esta cosmovisión tradicional china, de alguna manera influye en la subsecuente posición cerrada o tímida de una China del siglo XX, que buscaba a la vez modernizarse y abandonar sus antiguos vestigios dinásticos-confucianos. La frágil república de Sun Yan Tsen en 1912, se ve interrumpida por la invasión japonesa, con el tiempo los japoneses son derrotados y Mao tomaría el poder, lanzando a los nacionalistas chinos a la Isla de Formosa (Taiwan).
Antecedentes de las relaciones internacionales en la China contemporánea.

La época maoísta, sienta las bases de una China potencialmente militar, el Gran Salto hacia Adelante de 1953, provoca en los chinos la posibilidad de sacar la producción agrícola-industrial sobre bases de esfuerzo popular y la dirección autoritaria del Partido Comunista Chino. La anexión del Tibet en 1953 y algunos roces fronterizos con la India, fueron indicios muy prematuros del potencial chino sobre sus vecinos. Después de la revolución cultural de 1963, simbolizando el rompimiento con la occidentalización y según ellos con el pensamiento pequeño burgués de los intelectuales, para implementar de una vez por todas el modelo maoísta, China se vio sumergida en una realidad internacional marcada por la guerra fría, donde la bipolarización Estados Unidos de Norteamérica vs URSS, se caracteriza por disputarse los escenarios mundiales de forma más o menos equilibrada, haciendo uso del terror de la paranoia nuclear y de su hegemonía económica-militar en sus respectivas áreas de influencia. Asimismo el conflicto coreano, había colocado a China con su apoyo a Corea del Norte, como un país potencialmente peligroso, instigador ideológico de los movimientos revolucionarios de tendencia maoísta en el tercer mundo, ejemplo, el apoyo al régimen de Sukarno en Indonesia. Luego en el conflicto de Vietnam con Estados Unidos, China apoya logísticamente y militarmente a los vietnamitas del norte y a los camboyanos del khemer rouge liderados éstos por el Príncipe pro-chino Norodom Shianouk. Por otro lado su presencia en algunos países africanos y europeos del este (concretamente la Albania agrícola de Henver Hoxa ) y su tímida estancia en la Cuba de Castro, no deja de ser preocupación para los países occidentales, que continúan estigmatizando a China, como el nido ideológico por excelencia de posibles radicalismos revolucionarios.
El aislacionismo chino hacia occidente, y el problema de Taiwán, donde los nacionalistas herederos del general Chian Kai Chek encuentran un territorio refugio con el apoyo norteamericano, comienzan a ser las principales fuentes de conflicto con una nación que empieza a adquirir importancia en el esquema mundial.
Al interior de la sociedad china como se dijo, se sientan los cimientos de una estructura social manejada autoritariamente por el Partido Comunista Chino, quien dirige las riendas del poder. Se construye y disciplina a un gran ejército popular con las posibilidades de enfrenarse a cualquier poderío occidental, que en ocasiones era más una retórica de la élite política china pero muy funcional para su manejo mediático-ideológico. Se consolida un sistema socialista basado en una agricultura y en una industrialización planificada. Ideológicamente se busca la manera de homogenizar a las masas en base a un marxismo revisado y aumentado; el famoso libro rojo de Mao, es la guía ideológico-espiritual de un hombre nuevo, dispuesto a sacrificarse por la revolución proletaria china. Para tener un control ideológico y expandir el proyecto maoísta, el sistema tradicional chino heredado del antiguo sistema tributario ancestral, se ve trastocado por un moderno proceso de descentralización, esto permitiría ir aglutinando a una nación-estado homogénea o al menos una sociedad no tan separada por lo cultural. El socialismo y su igualdad en el discurso, es el principal esquema de dominación sobre esa sociedad naciente y delineada por una visión unipersonal, pero colectivamente legitimada. La descentralización tiene un límite y se vuelve al centralismo radical, como una forma de control político y por cierto miedo a la fragmentación de la estructura social. Si bien el socialismo chino en la época de Mao robusteció un estado-nación identitario potencialmente fuerte, sus crisis alimentarias y su atraso tecnológico y económico lo convirtieron en una entidad vulnerable, aislada de occidente, pero a la vez en una sociedad sumergida en una paulatina re-construcción misteriosa y sorprendente.
El apoyo soviético a la causa china a pesar de las diferencias entre Mao y los líderes soviéticos (desde Kruschev a Brezhnev) y el respaldo de Europa oriental, consolidan al modelo chino y entre otras cosas, le permite ir perfilándose lentamente como un posible país semi- hegemónico de Asia.
El aislamiento de China se ve roto en 1971 cuando ingresa a la Organización de las Naciones Unidas, como miembro permanente del Consejo de Seguridad, conformada por los países triunfantes al terminar la segunda guerra mundial. La visita de Nixon a la República Popular China abre un hito en las relaciones internacionales de ese país y por ende a su acercamiento con los demás países occidentales. El caso de México no es la excepción, que durante el sexenio de Luís Echeverría, el gobierno mexicano eleva la relación con China a nivel de embajadas.
Con la muerte de Mao, el Partido Comunista Chino se ve en la necesidad de hacer una reestructuración de sus cuadros, pero también de construir una estrategia donde revitalice su economía interna, modernice su aparato productivo, abandone la retórica marxista-maoísta de la revolución permanente, para así adecuarse y poder incursionar de una forma más segura en un comercio internacional cada vez más competitivo. Paradójicamente a China le ha favorecido el cambio geopolítico que sufre el mundo con el fin de la guerra fría. El resquebrajamiento del bloque soviético y la desaparición de la URSS, son notables acontecimientos que juegan a favor de la gran estrategia China de expansión económica y re-apunte militar. Con la llegada de Deng Xiaoping al poder a finales de los setenta, el país sufre transformaciones estructurales, con mayor apertura y mejores posibilidades de crecimiento. Desde 1978, China inició su proceso de modernización a través del desarrollo de una burocracia y un sistema educativo moderno […] esta nueva clase dirigente ha adoptado la ideología nacionalista (Villafante, 1999).
Y es precisamente en este contexto donde la TRI china comienza a despuntar muy concienzudamente, centrándose en cual será el papel de China en el mundo y su presencia estratégica en la región. El desarrollo económico y la expansión de su comercio, posibilitan abrir el camino al análisis de las relaciones internacionales al plano conceptual. Pero una de los hechos más importantes es cómo lidiar con la hegemonía mundial, con ese actor político económico que se acomoda en el escenario mundial desde finales del siglo XIX: Estados Unidos de Norteamérica. Lo más notorio de estos cambios, es la adecuación de China a un sistema capitalista de mercado, con un discurso socialista moderado al interior de su sociedad, que ha podido entender y manejar el comercio capitalista sacándole una ventaja increíble, logrando ser aceptada como un país que entiende las leyes del mercado y dispuesta a negociar al menos desde una perspectiva occidental, con grandes potencialidades económicas al interior y al exterior. Pero también que logra comprender el satuo quo internacional, regido por normas e instituciones de creación occidental.
El despegue de China
El ascenso vertiginoso de China en el escenario mundial, se visualiza desde su misma composición geopolítica, un extenso territorio, con una inmensa población de 1 300 millones de habitantes, que tiene frontera con catorce países en un continente donde históricamente los conflictos internacionales se han dirimido con el uso de la fuerza, incluso es la región donde las armas atómicas se usaron por vez primera en la historia moderna.
De igual manera el papel histórico de China como una nación culturalmente milenaria, le dan en automático, un perfil de suma importancia en la estabilidad asiática. El mundo globalizado habilita a China detonar sus capacidades de negociación en política exterior, para otorgarle una posición más que respetable en el área asiática. Aún en los ochentas se pensaba que China era todavía un poder regional sin una política regional (Mingjiang 2007). Pero el génesis de la globalización, hace que el país se inserte en nuevas coyunturas tanto comerciales políticas e incluso de conflictos, que le permiten ir construyendo estrategias y acciones que la van ubicando en un papel mucho más relevante.
A su interior, China va ajustando su inserción al mercado capitalista con transformaciones si bien tibias en relación a la participación de la sociedad en lo político, sí abiertas a una flexibilidad en la producción y consumo, por lo general supervisadas por el estado. Comienza a nacer dentro de China un segmento social de empresarios muy significativos que con el aval estatal, le dan un giro de crecimiento a la industrialización y producción, tanto que el crecimiento anual promedio es de 9%. Entonces el dinamismo y trascendencia de la economía china, consolida y legitima el autoritarismo político de la jerarquía del PCCH. En 1980, China es admitida en el Fondo Monetario Internacional, e instaura un modelo pragmático y con intenciones de entrar de lleno a la competencia capitalista. El conflicto de Tiananmen en 1989, viene a consolidar paradójicamente el modelo chino autoritario, precisamente porque la sociedad china, en cierta forma prefirió apostarle al crecimiento económico-autoritario, que apoyar un conflicto de tintes democráticos que pudiera haber desembocado en un retroceso político y económico. La naturaleza de los lazos económicos es importante para que los intereses societales apoyen o se opongan a las metas de las políticas de seguridad de los estados (Papayonau, 2000). En 1992 el gobierno chino demuestra su capacidad atómica, con la detonación de una bomba setenta veces más potente que la lanzada sobre Hiroshima. El “aburguesamiento” del PCCH se consolida, con la entrada del segmento empresarial al Partido Comunista en el 2001.
El despegue de China se refleja en su rápido crecimiento económico, la devolución de Hong Kong ex colonia británica, le permite tener acceso a una infraestructura y cultura capitalista occidental bastante cimentada, ofreciéndole la ventaja de tener un aparato financiero muy consolidado. Deng Xiaoping fue el artífice del concepto “un país dos sistemas”, donde abre la posibilidad de mantener el sistema capitalista en Hong Kong y Macao, bajo el sistema socialista chino. Además China mantendrá el sistema capitalista en estas ciudades por cincuenta años, es decir hasta el año 2047.
Así el gran y confuso rompecabezas chino, parece ser armado casi de manera eficiente por las estrategias y políticas internas, ligadas con la política exterior china que finalmente le dan legitimidad y confianza al exterior. Tanto que el antiguo “tigre de papel” (termino usado en la retórica maoísta para definir la política hegemónica norteamericana) pasa a ser un fundamental aliado en este nuevo mosaico mundial de relaciones.
China en su protagonismo global
En la medida que la economía china desencadena la posibilidad de un comercio bastante dinámico, asimismo la coyuntura de la globalización, que como ya se advirtió encaja con el despegue asiático. Le otorga a este país la facilidad de comenzar a crear una imagen de hegemonía o al menos visualizarse como un eje de atención y atracción para sus vecinos asiáticos, pero asimismo para todo occidente. Las potencias occidentales comienzan a fomentar acercamientos de toda índole, con el afán comercial y diplomático de mantenerse más cerca de la emergente potencia y así, estar alertas de su desarrollo y competitividad.
La producción china impacta de manera negativa, en la medida que inundan repentinamente los vastos mercados internacionales de productos baratos y sin calidad, la enorme y de bajo coste mano de obra china, les da la oportunidad de producir en grandísimas cantidades y exportar sus productos que en muchas ocasiones, carecen de las normas o estándares de calidad impuestas a nivel mundial. Trastocando en más de una ocasión los mercados nacionales y a los productores de varios países en regiones diferentes del planeta. Esto obliga a los países a tener acercamientos y tratados con el gobierno Chino, para evitar estas descompensaciones del comercio internacional, sin embargo más allá de los beneficios que los países afectados pudieran tener, China ha sabido sacar un gran provecho de esta situación.
Con el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio en 2001, se da una progresiva institucionalización de su cooperación multilateral y dar los pasos hacia un nuevo sistema de seguridad regional (Delage 2006). Esto le posibilita ir consolidando su liderazgo en Asia de manera acelerada.
A pesar de su postura ideológica socialista, otrora enemiga mortal del sistema capitalista, ha logrado implementar una política exterior de alianzas y acuerdos comerciales. Su participación en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), después ASEAN+3, favorece su comercio internacional en la región. China pues se convierte en la sexta economía mundial y tercera potencia comercial. (Delage 2006). La dimensión del comercio e influencia china va más allá de la región asiática y llega al África con una fuerte presencia económica. Importa del continente negro hasta el 30% del crudo que consume, la mayor parte proviene de Angola, el intercambio comercial se ha cuadruplicado con ese continente desde 2001 hasta llegar a 55 mil 500 millones anuales y más de 700 empresas chinas funcionan en África, además que ha condonado 1 500 millones de dólares de deuda africana. Por otro lado ha tenido la sensibilidad política de no herir a su ex archi rival (Estados Unidos de Norteamérica) abriendo sus fronteras a las inversiones norteamericanas y apoyando los intereses de seguridad nacional de los norteamericanos, ambos poderes se han hecho concesiones importantes, por un lado dejar a un lado por la parte norteamericana el apoyo oficial al Tíbet y clasificar de terrorismo a la resistencia musulmana uigur china, esto para poder tener el apoyo de China en la lucha anti-terrorista después de los atentados de Septiembre 11.
La crisis norcoreana, fundamentalmente por la terquedad del gobierno de Pyongyang de producir uranio enriquecido con fines militares, creó una tensión en la península coreana, donde los intereses norteamericanos y japoneses, se vieron amenazados. China aliada de Corea del Norte jugó un papel de mediador entre los países en conflicto. Esto le ha valido asegurarse un rol estratégico con los estados del área, dándole credibilidad a su responsabilidad internacional y consolidando su posible futura hegemonía.
China y su estrategia diplomática
Es sorprendente la manera en que el estado chino no solamente ha logrado un crecimiento económico acelerado, impulsando su comercio internacional y asegurado su sociedad interna, más allá de su toque represivo. Sino también la forma en que ha estructurado su política exterior, transitando de un pasado cerrado, a un presente lleno de aperturas y posiciones demasiado inéditas, pero también sorpresivamente con un conocimiento de causa de lo que sucede en la mayor parte del globo, parecería ser que los chinos han propiciado una serie de cuadro intelectuales y especialistas con amplia formación, que les facilita incursionar casi sin riesgo en la dinámica internacional. Como afirma el profesor Li Mingjiang de la Escuela de Estudios Internacionales de Singapur “en los años recientes frecuentemente los funcionarios chinos usan los términos de amistad y buena vecindad, socios, armonía, benevolencia, entendimiento”. Muestra de un discurso conciliador con un tono lingüístico occidental, que les abre paso en las negociaciones económicas y políticas mundiales, asimismo generan un ambiente de confianza de un país que permaneció mucho tiempo bajo una perspectiva demasiada incierta.
En el cierre de su XVII Congreso del PCCH en el año 2007, el presidente Hu Jintao, hizo alusión a trabajar por la armonía social y el crecimiento para satisfacer las demandas de la sociedad. Los dirigentes chinos han sabido aglutinar crecimiento y estabilidad social, aun cuando los brotes de descontento al interior de la sociedad china pueden percibirse al momento. Aún así la imagen hacia el exterior, al menos en cuanto a su arista de riqueza acelerada, es un elemento que seduce y preocupa a la mayoría de los países del mundo, sobre todo a los occidentales, que observan con recelo el tablero de ajedrez asiático y la posibilidad estratégica de que China en ultima instancia, aplique el jaque mate a los intereses estratégicos sobre todo occidentales.
Militarmente china ha tenido el cuidado de ir desarrollando una industria bélica eficiente, con el propósito de no depender del exterior, como en el pasado reciente en su relación con la Unión Soviética. Igualmente ha construido alianzas militares con sus vecinos asiáticos, abandonando la posición beligerante y actuando bajo la sombrilla del nuevo discurso militar “antiterrorista”. Es así que en agosto del 2007, participó en los ejercicios militares llamados “Misión de paz” que se llevaron a cabo en Cheliabinsk Rusia, en conjunto con sus socios de la Organización de Cooperación de Shangai (Rusia, Kasajastan, Kirguistan, Tayikistán, Uzbekistán), estas maniobras se justificaron bajo el término global de la seguridad nacional anti-terrorista.
El incremento militar chino en relación con su armamento, va de la mano con el número de soldados que posee el ejercito chino, de 2 250 000 hombres, que lo hace el ejercito más numeroso de Asia y del mundo. Aunado a que el ejército chino es una agrupación sin desgaste militar y sin haberse involucrado en conflictos internacionales (como en el caso norteamericano) le permite tener una alta moral combativa y una disponibilidad inmediata de acción.
Como dice el español Fernando Delage investigador en cuestiones asiáticas. China lo que busca es un equilibrio que le permita maniobrar con bastante amplitud en su política exterior. Pues su presencia viene a formar parte del grupo de potencias asiáticas que igualmente buscan un rol más dinámico en la región, es el caso de Japón y ahora India, por no hablar de Estados Unidos.
China en América Latina
La participación china en América Latina, ha ido aumentando paulatinamente al menos desde el punto de vista comercial. A pesar de que esta región es zona de influencia norteamericana desde la perspectiva geopolítica de la guerra fría, el proceso globalizador ha influido para que la mayoría de los países latinoamericanos, tengan relaciones diplomáticas y comerciales con la República Popular China. La política cautelosa de China es factor clave para no ofender los intereses norteamericanos, que pueden interpretar la presencia de ese país como una amenaza a sus intereses regionales.
De 2000 a 2005 el comercio sino-latinoamericano, prácticamente se quintuplicó al pasar de poco más de 10,000 millones de dólares, a 50 mmd, por otro lado China como un gran comprador de materias primas, ha motivado crecientemente ese comercio. Aunque asimismo existe el peligro de que los mercados latinoamericanos se vean inundados de importaciones baratas en detrimento de la producción nacional (Roett, 2007)
China, como parte de la APEC (Asociación de Países de Asia-Pacifico) en que del lado latinoamericano son miembros México, Chile y Perú, mantiene con estos países fuertes lazos comerciales. Asimismo es observador en la Organización de Estados Americanos, finalmente el presidente Hu Jintao ha visitado en 2004 a varios países latinoamericanos, demostrando el interés chino por la zona.
Desde un punto de vista político, varios analistas manejan la posibilidad de que el régimen autoritario chino y su influencia estatal para el crecimiento económico, sea tomada como ejemplo en muchos países latinoamericanos. Es decir conjugar el autoritarismo con las posibilidades de ejercer un proyecto de crecimiento económico. En este sentido el proyecto de Chávez, Morales y Correa, parecerían ser los modelos latinoamericanos mas cercanos a la visión china, que tuvieran la inquietud de generar un crecimiento económico con un autoritarismo político estatista de por medio.
Es un hecho que China ve en América Latina una oportunidad estratégica de mercados, en el norte de México por ejemplo, existen maquiladoras de origen chino. América Latina representa para China una región con grandes ventajas económicas más que de seguridad nacional, una zona geográfica donde puede extender no solamente su relación comercial sino asimismo su rica tradición cultural. De todas maneras en esta carrera vertiginosa por ganar hegemonía, estar cerca de su aliado-rival Estados Unidos de Norteamérica, puede verse también como un reto táctico en la medida en que cada quien se mantiene cerca el uno del otro.
A pesar de la creencia generalizada de que “lo hecho en China está mal hecho”, existen miles de productos chinos en varios hogares latinoamericanos, que cada vez obliga a hacer la reflexión sobre el futuro de una nueva hegemonía por desarrollarse en los próximos diez años. Finalmente el interés por los estudios asiáticos en varios países y localidades del mundo, van cada vez en aumento.
Retomando a Raymond Aron cuando afirma que la política exterior de los estados es una política de poder y deben su existencia más que a ellos mismos y sus aliados. China va en esa lógica de su política exterior, consolidar su poder económico, edificar lazos de amistad pero con interés estratégico, de forma conciliadora, ampliar su capacidad de eficiencia militar y fortalecer mediante cierto bienestar a su sociedad civil. Pues este nexo sociedad-estado es el pilar fundamental de la legitimidad política que consiga a su interior y que finalmente, se ve reflejado hacia el exterior como un país estable.
Conclusiones
En este mosaico de ideas, China aparece como la gran potencia por venir, con una cultura no occidental, o mejor dicho una potencia asiática con probabilidades de hacer un modelo hibrido de sistema social o de cultura, una mezcla entre occidente y oriente. Así, la TRI del futuro necesita incursionar en un conocimiento de este nuevo modelo-mezcla, es decir un método de búsquedas de objetos de estudio en cierta forma inéditos, para tener mejores formas e instrumentos de análisis, posibilitando acercamientos más certeros y científicos de la realidad internacional.
La complejidad del mundo moderno, regiones con interacciones o intereses sumamente fragmentados, el problema de la xenofobia, calentamiento global, del VIH, la hambruna mundial, de la otredad como cultura del rechazo al sujeto diferente a uno, puede encender la hoguera del conflicto internacional, pues en esta reconformación de la que hablábamos al principio, cada país, región y grupos sociales, hacen uso de la fuerza que poseen (económica, militar, hidrocarburos, terrorismo) y dejarse escuchar en un momento dado; pero perturbando intereses de otros estados o alianzas de estados.
China como poder, construye su entramado hegemónico, a través de intereses, acuerdos y re-tomando incluso formas de producción demasiado capitalistas. Parafraseando un concepto de Marx, China re-inaugura un modo de producción asiático moderno, donde las reglas capitalistas se han mezclado con un socialismo sui generis, o con los llamados asian values, iniciando tal vez un capitalismo de nueva era, no democrático- burgués, sino un capitalismo-autoritario, acomodado a una cultura milenaria, donde lo mejor de ella, se adecua a esta posibilidad autoritaria de producción.
La occidentalización hibrida de China parecería ser el camino de esta nación, sin embargo podemos hacer una lectura diferente, la “asiatización” del capitalismo que podría ser la otra posibilidad. Al menos como una hipótesis prospectiva de lo que puede venir posteriormente. Lo importante en estar pendientes de este coloso asiático, es comprenderlo mejor como futura potencia mundial, preparase para irlo desmenuzando ontológicamente hablando. Los países como el nuestro, necesitan ir creando cuadros de especialistas que ayuden a comprender más la fenomenología asiática y mejorar nuestras relaciones diplomáticas y comerciales concretamente con China y por supuesto con el resto de Asia, pero también estar listos para posibles eventualidades estructurales, tanto al interior de su sociedad como al exterior, pues indudablemente impactarán en el resto del mundo.
Como epílogo, en el marco de las Olimpiadas de Beijing, China se enfrentó con el terrorismo. El costo de asumir una hegemonía con un estilo autoritario en una región no precisamente democrática, indudablemente tendrá un costo político y social bastante alto, pero también el éxito de las jornadas deportivas nos dice mucho sobre sus recursos y la eficiencia en su organización político - social, hay que estar atentos.



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